SALZBURG TO THE SEA 350Km 2015

SALZBURG TO THE SEA 350Km 2015


A PIE DESDE SALZBURGO A LA PLAYA


 
350 Kilómetros a pie es lo que separa Salzburgo (Austria) del mar Adriático en Italia. Cruzando los Alpes austriacos, los Dolomitas italianos y siguiendo antiguas rutas comerciales. El verano de 2015 fue un viaje a pie desde Salzburgo a Trieste en Italia.
Inicio: Salida desde casa, Salzburgo, un miércoles 24 de Junio  Fin: Trieste, Italia un miércoles 8. Total: 15 días. En coche se tardaría unas cinco horas.                     Compañero de viaje inseparable: Kevin Fox, geógrafo cultural.
Cuando terminé los Apalaches en Estados Unidos tenía unas ganas inmensas de ir a la playa. Un destino que lleva implícito el no hacer nada y relajarse lo máximo posible. De eso ya hace dos años y no llegó a cumplirse ya que no he parado hasta entonces de organizar mi agenda. Pero el cerebro archiva todo aquello que se queda sin hacer por lo que este año la oportunidad era hacer un clic en mi lista de aquellas cosas pendientes. El punto más cercano al mar desde Salzburgo es Sistiana pero quería alejar el destino hasta Trieste. Un esfuerzo de 350 kilómetros pero luego un descanso en LA MAR: brisa, sol, arena, no hacer nada. Ya he dicho que el cerebro tiene memoria y siempre he querido salir de casa con mi mochila y empezar a caminar sin una ruta muy establecida. Por lo que hago otro clic en mi lista de cosas pendientes ya realizadas. Esta vez no quería seguir una señal blanca como los Apalaches o amarilla como el Camino de Santiago. Mi objetivo: llegar a la Mar, cómo: a pie, por dónde: siguiendo el recorrido del río Saalach hasta casi Zell and See. Atravesar los Alpes austriacos siguiendo antiguas rutas de comercio y de transhumancia, cruzando el Nationalpark Hohe Taue, Visita a unos amigos en Lienz. Y continuar por el rio Drau entrando en el Parque Natural de los Dolomitas Friulane. Ya en Italia: pasar por Tolmezzo, Udine, Sistiana y continuar avanzando hasta Trieste. Una vez allí hubo un cambio de destino final y acabé en la encantadora y mágica Izola en Eslovenia. El regreso fue en tren desde Trieste. Como ves el destino final cambió a las playas de Izola. Un lugar más tranquilo y alejado de las multitudes. Es importante tener un objetivo y perseguirlo pero te darás cuenta que a lo largo del camino pueden haber cambios y debes estar preparado/a. para que el viaje no se haga amargo sino salado. DIARIO Viernes 26. Decidimos enviar la tienda de campaña a casa ya que es difícil poder acampar en el camino. La mayoría de los campos son privados y están vallados. A partir de aquí dormimos en «Guest houses», casas particulares “Zimmers” o albergues. En Mauthen dormimos en un albergue, antiguo gendarmería de policía por 34€, dos personas. Las casas particulares rondan la media de 50€, habitación doble con desayuno incluido. Sábado 27. «Eiszeitliche Gletschermühle». Parque geológico en Wildental. Entramos en el bosque místico “Fuchsloch”. Grandes bloques de piedra, boulders y glaciares de más de 2 metros de ancho. El pequeño parque se encuentra en el borde del Parque Nacional Berchtesgaden. Mis rodillas vuelven a dolerme. Un descanso en el Jugendherbergs en Zell am See. Si al día siguiente el dolor persiste creo que tengo que abandonar el camino y dejar que Kevin continúe solo. Es un momento frustrante porque estoy muy ilusionada con este viaje y las posibilidades de hacer un alto en el camino, abandonar, es muy probable. Domingo 28. Mi dolor ha disminuido por lo que continuo caminando.  Siguiendo un tramo de la ruta de la sal. El “oro blanco” de la Edad Media. Dormimos en el Hut «Trauneralm» a 1522 metros. Fue construido en 1819. La casa alojaba a los ricos comerciantes por eso las habitaciones son tan grandes. En aquella época no era habitual ver dormitorios de tan grandes dimensiones. Los pobres comerciantes dormían a la intemperie. También fue un hospital durante el régimen nazi. Ahora vuelve a ser una casa de huéspedes donde Mathew y su esposa lo regenta. En invierno está cerrado por la cantidad de nieve que cae en la zona. Dan acogida a muchos senderistas. La zona tiene uno de los reclamos más atrayentes: La montaña de Grossglockner con 3.798 m de altitud. La más alta de Austria. Está dentro del Parque Nacional The Hohe Tauern con 180kms de extensión y alrededor del 10% de su área todavía está cubierto por hielo glacial.  Unos 150 lagos de montaña distribuidos por todo el Hohe Tauern. Hay 279 torrentes naturales de montaña que corren hacia abajo desde las altas montañas al valle. Obstenta la catarata más alta de Europa, 380kms: The Krimmler. La carretera alpina de Grossglocknes fue un proyecto de los años 30 y tiene unos 48Kms. Viernes 3. Entramos en zona Italiana. Nos vamos aproximando al mar y el termómetro cada vez apunta temperaturas más altas. Empiezan a proliferar ampollas en mis pies y voy a batir el record. Tengo más que en los Apalaches. El calor no es un gran aliado para las caminatas. Los pies empiezan a sentirlo. Lunes 6. Hoy nos estamos metiendo una gran paliza. Hace mucho calor, no encontramos ningún sitio donde dormir y continuamos caminando. Pasamos entre viñedos y al principio me parece bonito pero ya estoy cansada. Finalmente encontramos el paraíso en medio de un oasis. Una casa rural de categoría en Trivignano, Udine. ……………..Y POR FÍN,…………………..LA MAR.  

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EL CAMINO DEL FERROCARRIL 125Km 2013

EL CAMINO DEL FERROCARRIL 125Km 2013


EL CAMINO DEL FERROCARRIL


 

 

Año 2013, viajo en tren regional de Madrid a Cuenca. Comienzo a caminar con mi mochila desde la misma estación siguiendo caminos paralelos a las vías del tren regional que va de Cuenca a Camporrobles. —Cuenca—La Melgosa—Los Palancares—Cañada del Hoyo—Carboneras de Guadazaón—Arguisuelas—La Gramedosa— Yémeda-Cardenete—Víllora—Enguidanos—Mira– Camporrobles. Total 125 kms.

 

EL CAMINO DEL FERROCARIL

DIARIO AÑO 2010

Miro el reloj y veo que todavía me faltan tres horas para coger el tren. Vuelvo a mirar el reloj y aún me faltan dos horas. Es fantástico saber que no tengo que esperar cola para comprar el billete en ventanilla. Directamente puedo obtenerlo en el tren.

Y vuelvo a mirar el reloj. Ahora sí que llego tarde. Me tengo que poner las pilas para coger el de las 16.00. Tren regional Madrid-Cuenca-Camporrobles, dirección Valencia.

Cuantas veces habré cogido este tren y no me canso de viajar en el. Y menos mal que aún está operativo para poder visitar a mis familiares.  El autobús no llega hasta Camporrobles y el tren de alta velocidad me deja a 30kms y sin comunicación con los pueblos.

Es verdad que son muchas horas, cuatro y media pero se podrían mejorar sus instalaciones si el gobierno no priorizara tanto en trenes rápidos cuando sólo beneficia a unos pocos, es decir, aquellos que se pueden permitir pagar el elevado coste del billete. Y luego que algún familiar, amigo, pueda venir a recogerlo porque la conexión es malísima.

A mí no me queda otro remedio que viajar tantas horas en un tren que se mueve más que una lavadora con poca ropa en el tambor pero aprovecho cada minuto al máximo. No es un tiempo perdido. Son unas horas muy productivas. Tengo tiempo para leer, para escribir, para comer mi bocadillo de tortilla con un refresco. Esa envidia sana que provocamos en el vagón de quien no lleva nada o una competición de ver quién lleva mejor comida. También es tiempo para hablar con el de al lado o con el inspector porque no me dirás que tengo razón. Son los funcionarios más amables del transporte público. También hay tiempo para soñar, tiempo para imaginar cuántas historias pueden contar las estaciones por las que voy pasando:

Madrid Atocha, Villaverde Bajo, Aranjuez, Origulea, Ocaña, Noblejas, Villarrubio Santiago, Sta. Cruz de la Zarza, Tarancón, Huete, Castillejo del Romeral, Cuevas de Velasco, Chillarón, Cuenca, La Melgosa, Los Palancares, Cañada del Hoyo, Carboneras de Guadazaón, Arguisuelas, La Gramedosa, Yémeda-Cardenete, Víllora, Enguidanos, Mira y Camporrobles. Algunas de ellas ya abandonadas.

Cierro los ojos y me transporto al pasado: abrazos, besos, bienvenidas, despedidas, esperanzas, incertidumbres, … Son los mismos sentimientos que hoy en día en una estación de ferrocarril pero con menos gente en las estaciones por las que paso porque los horarios se van acortando y se nos hace imposible coger esos horarios tan irracionales.

Ahora abro los ojos

No me quiero perder el tramo de Cuenca a Camporrobles. Atravesando túneles que van a descubrir un paisaje de ríos como el Cabriel, pasando sobre monumentales puentes de auténtico hormigón y hierro. Un terreno muy accidentado de barrancos, colinas… que forman un paisaje espectacular.

Y  ya me voy acercando a la estación de Mira e inmediatamente ya se empieza a ver el grandioso Molón que me da la bienvenida a Camporrobles.

He realizado este trayecto tantas veces que siempre he querido hacerlo andando. He imaginado que caminaba desde Cuenca a Camporrobles y con mi mochila a mis espaldas. Descubriendo más de cerca y con mis pasos esos lugares que veía a través de la ventana del tren. Poder sentir la esencia de las estaciones que en su momento tuvieron un movimiento continuo de trenes y abarrotado de gente en sus andenes. Algún día haré ese recorrido y espero que no sea muy lejano.

 

 

 

 

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